¡Hola amigos! Soy Nieves, APJ en Don Benito. Si mal no recuerdo mi experiencia como APJ comenzó en 1.991 de la mano de una gran persona, amigo y APJ. Fue Santi quien ese verano organizó la colonia de Éxodo en Villagonzalo y allí fui yo con otros jóvenes de mi pueblo, La Haba, como APJ.
Aquello fue una experiencia fuerte e inolvidable para mí. En la montaña sellé mi alianza con Dios y hoy día mi compromiso sigue vivo, con sus bajas y sus fallos pues no he sido todos estos años APJ.
Me casé en 1.993 y rápido llegaron mis dos hijos. Para julio de 1.995 ya tenía los dos. Entonces tuve que dejarlo pues también comencé a trabajar a jornada completa, y no era posible seguir.
Quiero recordar que el 2.006 dejé el trabajo y fue cuando de nuevo animada por nuestro hoy provincial P. Félix comencé de nuevo.
¿Mis miedos? A no saber transmitir el mensaje que Dios me encomienda pues me considero normal, más bien torpe y pobre en palabras… pero alentada por el Espíritu. He constatado en mi vida que cuando tengo que hablar el pone en mi boca las palabras que faltan.
Ser APJ me hace crecer como persona y sobre todo caer en la cuenta que los talentos que Dios nos da son para ponerlos al servicio de la comunidad, no es para atesorar y guardar a esperar qué ocurre. Os aseguro que si pensáis así, todo se multiplica, si lo ponemos al servicio del hermano.
¿Mi gran satisfacción? Esa gente que tengo a mi alrededor, mucha gente que me quiere y me anima. Eso es para mí lo más grande de esta experiencia.