Y TÚ… ¿AMONTONAS UN TESORO EN EL CIELO O PREFIERES LLENAR TU BOLSILLO EN LA TIERRA?
Rezo en este verso todo lo que en esta vida he guardado,
sirva como humilde testamento de un hermoso legado.
Dejé el amor detrás de ti, dejé el valor perdido en escenarios.
Vi morir mi sueño,
vi como resucitaba,
vi los ojos de la envidia,
vi canciones, vi palabras.
Dime si hoy se acaba el mundo corazón,
dime qué vas a llevarte,
dime que me llevo yo.
Tengo la tranquilidad de haber vivido días y noches,
he bañado en vino madrugadas,
he besado el derroche.
Me emocioné cantando al sol,
perdí, gané,
crecí con la batalla.
Vi el engaño,
vi algunas verdades,
vi que estamos solos,
vi fortunas, vi necesidades,
vi quemarse todo.
Si hoy se acaba el mundo corazón,
dime qué vas a llevarte,
dime que me llevo…
Vi llorar a un alma inconsolable,
vi reír al miedo, vi besar, yo he visto amar,
he visto cuanto debo.
Dime si hoy se acaba el mundo corazón,
dime qué vas a llevarte,
dime que me llevo yo.
“Vi llorar a un alma inconsolable, vi que estamos solos, vi mentiras, vi algunas verdades… “
Éstos son los versos que más resuenan dentro de mí cada vez que escucho esta canción, siendo una prueba más de que Dios habla a cada momento a través de cosas pequeñas y aparentemente insignificantes.
En general, escuchando la canción vemos a un chico que hace balance de todo lo que ha ido viviendo a lo largo de su vida y sobre todo lo que ha ido VIENDO. Aparentemente una vida normal con todo tipo de historias.
Ahora mira dentro de ti y hazte la pregunta que se hace él: si hoy se acaba el mundo, ¿Qué me llevaría? Vamos a transformarla, ¿Qué se llevarían los demás de mí?
No hay mejor manera de parecerse a Jesús que dar la vida por los demás de la forma más generosa y sincera posible y como cristianos la mejor forma de sentir nuestra fe es parecernos a él, “ser perfectos, como nuestro padre celestial es perfecto” como podemos leer en el Evangelio de San Mateo.
Por eso, ama cada día como si fuera el último, agradece y celebra todo lo que Dios te da a cada momento, haz todo lo posible por y para los demás, esfuérzate al máximo en todo lo que haces y nunca pretendas con ello llenar tu bolsillo, tanto de dinero como de ego u otras tentaciones. La mayor recompensa generosa que puedes obtener es amontonar un tesoro en el cielo al lado de nuestro padre.
Si hoy se acaba el mundo, ¿qué te llevas tú y que me llevo yo? Haz una balanza y pon a un lado todo aquello que haces para parecerte a Jesús, lo que haces por los demás y no por ti mismo. Y en el otro lado aquello que haces por tu propio disfrute ¡OJO! Tampoco tienen por qué ser cosas malas si están en su justa medida.
¡Espero que el resultado sea algo parecido a esto! Pero si no lo es…
¡Que no cunda el pánico! Probablemente no vayas a morirte mañana, manos a la obra.