Iba a ser mi primer año haciendo estación de penitencia, estaba muy nerviosa pero a la vez tenía unas ganas tremendas de que llegara ya el día. De repente, un día el Padre Benitez me invitó a ir a la Pascua Misionera y no se por qué algo dentro de mí se movió y me dijo que tenía que ir si o si. Le dije que sí en el momento, pero después empecé a pensar en mi Semana Santa, en las hermandades (que siempre me encanta salir a verlas), en mis familiares que venían de fuera… De un momento a otro se me quitaron las ganas de ir por completo. Aún así decidí ir y puedo decir con total seguridad que no me arrepiento para nada de haber tomado esta decisión, es algo que nunca me habría planteado hacer (perder mi Semana Santa un año no ha estado nunca en mis planes) pero que ha merecido la pena totalmente.
Desde el primer momento me sentí muy acogida tanto por las personas mayores como por los niños. La hospitalidad que tenían con nosotros, que éramos “extranjeros”, era increíble. Lo mejor de todo es que incluso habiéndonos marchado de Valencia del Ventoso nos siguen teniendo en sus corazones, de hecho hace varios días mi “madre” me hablo para preguntarme como estaba y para darme ánimo con los exámenes.
Durante esa semana me sentí mucho más cerca de Dios de lo que jamás me habría podido sentir, participé en los diferentes oficios (algo que nunca me había planteado por vergüenza) , aproveché todos los ratos de oración que teníamos para dar gracias por todo lo que estaba viviendo, porque era impresionante, viví la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús de una manera mucho más cercana a la fe de lo que la suelo vivir, de una manera única que seguro que me va a marcar para el resto de mi vida y conocí a personas con un corazón enorme de las que he aprendido muchas cosas. Gracias a los ratos de oración pude ponerle nombre a mi cruz y a mis miedos, y eso me está ayudando a vivir con ellos y a aceptarlos.
Dios me llevó a Valencia del Ventoso y podemos comprobar como siempre, que él nunca se equivoca. Ha sido una experiencia maravillosa que me encantaría repetir.